Recién estaba en marcha el duelo entre los dos gigantes de Sudamérica, para el inicio de una nueva fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, clasificatorias al Mundial de Qatar 2022.
El reloj marcaba cinco minutos de juego, cuando un integrante de la autoridad sanitaria de Brasil ingresó al campo de juego, con la intención de llevarse a los cuatro jugadores argentinos que militan en clubes de Inglaterra (Dibu Martínez, Cuti Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía, quien se había quedado afuera del banco) acusados de violar las normas migratorias relacionadas con el Covid-19.
A partir de ese instante se desató un escándalo sin precedentes para las Eliminatorias de Sudamérica, ya que el partido se suspendió y la Comisión Disciplinaria de la FIFA será quien tenga la última palabra sobre lo que ocurra con este partido.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) aconsejó una cuarentena obligatoria y denunció que los futbolistas albicelestes requeridos mintieron en la declaración jurada que firmaron al entrar al país provenientes de Caracas.
Básicamente, omitieron que hacía no menos de 14 días habían estado en Inglaterra. La normativa en el país norteño establece que, toda persona proveniente de Gran Bretaña, debe hacer cuarentena.
Sin embargo, gracias a una gestión del embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, el plantel argentino pudo regresar en su totalidad a Buenos Aires para encarar el duelo ante Bolivia, el próximo jueves.