Apodado el “Chango” en su infancia por los padres, ha mantenido el mismo toda su vida.
Quiso ser aviador. Trabajaba en el Banco República y tenía un compañero de trabajo, José Luis Curto, que vendía cámaras de fotos.
Compró una y a pesar que hacía 14 hs por día de tarea administrativa la fotografía era un hobby, algo que se transformó en su diario vivir.
Hacía una diferencia económica en verano, pero cuando el Brou se la negó, renunció. “Mi madre me quería matar”.
Trabajó con su amigo que instaló un local en Montevideo. Hizo fotos de barco y el hobby se convirtió en oficio.
Hizo fotos de congresos y empezó a realizar fotografías de prensa.
Para él, Punta del Este es el lugar más lindo de América del Sur. “Vos vivís acá y a 50 kilómetros tenés toda la geografía posible del país, lagos, cerros, costa, entre otros”.
No se define como paparazzi porque es un trabajo muy cansador, pero pasar desapercibido es mejor, por eso utiliza a veces el teléfono para pasar por “viejo choto”.
Se considera fotoperiodista y marca la diferencia. “El que escribe puede estar en la comodidad de su casa, pero el fotoperiodista si no se ensucia los pies, no tiene la foto, y no estoy menospreciando el rol del periodista, sino que digo que lo nuestro es más difícil”. Agrega que si no tiene la foto no tiene nada.
Sobre la evolución de la fotografía y los famosos, Figueredo señaló que dejó de existir la foto del corazón. “Se avivaron los famosos y ellos publican lo que quieren”.
Definió a los colegas que realizan ese tipo de fotografía como algo muy trabajoso con espera de horas y horas. “Los ricos y famosos no se levantan temprano” acota. “El que hace esas fotos se tiene que dedicar a eso”.
En su carrera nunca aceptó tocar una foto de prensa. “Éticamente no me parece bien”.
Sobre los famosos que señalan que a tal hora van a estar en tal lugar para ser fotografiados, lo define como “cazar en el zoológico”.
A la hora de hablar de la foto más famosa que sacó, no duda. “Fue a Felipe González en el aeropuerto de Laguna del Sauce, en una conferencia internacional. Se bajó del avión y detrás de él una rubia de la que hablaba todo el mundo y decían que nadie conocía”.
La foto fue tapa de la revista “Hola”. Recuerda que le pagaron bien aunque señala que algo debe haber quedado “en la vuelta”.
Hoy en día no existe que se paguen esos importes porque no se venden cantidades de revistas y los famosos publican sus fotos.
Sobre el oficio de fotógrafo dijo que tienden a desaparecer. “Antes había un estilo, ahora los medios cazan la primera foto que venga. Hoy prima más la velocidad”.
Fue crítico con quienes desconocen que los desplazamientos llevan tiempo. “Hay gente que cree que el club del lago está al lado de José Ignacio” y eso complejiza, sobre todo en verano, las distancias.
No obstante cree que a pesar de la inteligencia artificial el lenguaje cinematográfico no se puede sustituir y la diferencia está en cómo contar la historia.
Es enemigo del formato vertical porque tienen un techo y un piso “atómicos y una cosita en el medio”.
Sabe que es luchar contra molinos de viento y él en lo personal empezó a hacer las cosas para sus redes cuadradas. “Sigo filmando horizontal y lo llevo a cuadrado en las redes si quiero, pero hay que aprender a contar la historia”.
Igualmente entiende que si hoy no hacés todo y te reconvertís o pasa el tren.
Utiliza chaleco de toda la vida, allí guardaba rollos y baterías, hoy no existe eso, pero conserva su indumentaria.
Está en vías de ordenar su archivo personal, que lleva en un 80% indexado.
Considera que todos los medios deberían conservar el archivo y ordenarlo.
Ricardo “chango” Figueredo es el nuevo protagonista de MERITORIOS, el ciclo de Grupo Portada con personalidades de Maldonado.
Podés verlo en www.portada.com.uy y todas su plataformas o el martes a las 21:00 hs por Canal 2 y sus repeticiones miércoles y domingos.