La presidenta de la Junta Departamental señaló que la primera barrera la tiene que derribar la propia mujer, planteándose con conocimientos y no pensando que por su condición de tal se es merecedor de un cargo.
Su vínculo con la política comenzó de muy pequeña. A los 6 años ya repartía volantes.
Tuvo las dos escuelas, la biológica y la del corazón, de dos padres opuestos en sus ideas políticas, uno nacionalista y otro frenteamplista.
De chica integró los cuadros de la Lista 20, algo que continúa vigente hasta hoy.
Nació y creció en un Maldonado muy distinto, no era un lugar con el desarrollo que es hoy. No era común compartir escuela o liceo con extranjeros, algo que es moneda corriente por estos tiempos.
Se conocían todos. En lo personal le gusta más el departamento actual porque siempre fue admiradora de las grandes ciudades y el movimiento.
Fue así que se fue a estudiar a la capital, y lejos de alguna nostalgia que siente quien debe ir a un hogar estudiantil a una carrera universitaria, Montevideo le gustó más que lo que la habría podido abrumar.
Después que tuvo su primera hija decidió dejar Uruguay e irse a Brasil. Aún recuerda que su pequeña de 5 años le dijo antes de subir al ómnibus, “tú me vas a traer de nuevo algún día a mi país ¿verdad?”.
Vivió en Porto Alegre y Florianópolis, dos lugares distintos, con costumbres diferentes y en particular en último, donde la gente era más fría. Fue allí que tomó la decisión de volver a su país, y a su Maldonado según contó en el ciclo MERITORIOS, de Grupo Portada.
Se re enganchó en forma activa con la política y nunca más la abandonó. La lista 20 fue la primera que visualizó en Miguel Abella las condiciones que tenía para ser intendente y lo apoyó desde el vamos.
El ahora intendente había trabado una amistad con José Hualde, su esposo, y ya conocían en el grupo las cualidades del jefe comunal, por el cual para ellos, Abella no era una opción, sino la única opción para conducir los destinos de Maldonado.
Su nominación como presidente de la Junta Departamental la tomó por sorpresa, pero asumió ese primer desafío de 8 meses, con una campaña electoral en medio y aprobó con nota, a tal punto que fue reelecta para este 2025.
No duda en asegurar que el legislativo departamental es la junta que más trabaja en todo el país, sesiona todas las semanas y tiene un intenso movimiento en las comisiones.
Recuerda que cuando ingresó a ese lugar hace muchos años, anotaba y miraba las sesiones luego para comprender mejor el funcionamiento de un cuerpo en el que hay que estudiar para estar. “Todo pasa por la Junta Departamental, todo tiene incidencia en la vida de los vecinos de Maldonado”, aseguró.
Tiene por delante una batalla que dar. Conducir el debate del presupuesto, al que si fuera por ella, y hablando desde el punto de vista personal, votaría a tapas cerradas porque sabe que continuará, con cambios y con la impronta Abella, un proyecto de desarrollo para Maldonado que inició Enrique Antía.
No obstante, valora que haya debate y que la oposición enriquezca el mismo.
Quiere dejar un legado, enseñarle a los jóvenes como es la política y que se nutran de ella porque el poder es bueno en sí mismo cuando se tienen claros los objetivos.
Verónica Robaina, presidente de la Junta Departamental, es la nueva entrevistada del ciclo MERITORIOS de Grupo Portada, que podés ver en www.portada.com.uy, todas sus plataformas y en alianza de contenidos con Canal 2.
Grupo Portada integra la alianza denominada Multimedios del Este.