El ente confirmó que quedó reparada la fuga registrada en la boya petrolera de José Ignacio, donde a mediados de agosto se produjo un derrame de unos 40 litros de hidrocarburos que obligó a detener la descarga de crudo hacia la refinería de La Teja.
Según informó la empresa, las pruebas iniciales realizadas con agua y tinta no detectaron pérdidas, y las más recientes también resultaron satisfactorias. No obstante, la validación final se realizará durante la descarga de combustible prevista para esta jornada.
El desperfecto se originó en una perforación de apenas medio centímetro, suficiente para interrumpir el suministro habitual de crudo. Esto obligó al país a abastecerse durante varias semanas con combustibles ya procesados, generando cambios en la operativa de la empresa.
En la actualidad, un buque se encuentra en espera para descargar en la boya y, de no surgir inconvenientes, esa maniobra se concretará en las próximas horas. En tanto, otro buque arribará en unos 20 días, lapso en el que ANCAP continuará con testeos y monitoreos preventivos.
Si bien la emergencia generó costos adicionales, la compañía aseguró que no habrá un traslado inmediato al precio de los combustibles gracias a un fondo de respaldo disponible para este tipo de contingencias.
La solución aplicada es de carácter provisorio pero la reparación definitiva demandará más tiempo y una inversión considerable ya que se deberá comprar una pieza entera”. Se trata de un componente altamente especializado cuya fabricación está en manos de pocas empresas en el mundo, lo que implica que los plazos de sustitución dependerán de la disponibilidad internacional.